Antes de ser todo lo que soy… fui hijo
- Luis Montemayor Inspire
- hace 15 minutos
- 2 Min. de lectura
En el camino del emprendimiento, entre reuniones, decisiones importantes, metas por alcanzar y sueños que nos mantienen despiertos, hay algo que nunca debemos olvidar: antes de ser empresarios, líderes, jefes, o incluso padres… fuimos hijos.
Este blog es para ti, que todos los días te levantas buscando ser mejor. Para ti, que trabajas con pasión, que construyes un futuro, pero que sabes, en el fondo, que nada de esto sería posible si no hubiera existido alguien que un día creyó en ti primero. Un padre. Presente o ausente. Cercano o lejano. Vivo o en el recuerdo. Pero que, de una forma u otra, te marcó el camino.
A veces, nos perdemos en el ruido del éxito y olvidamos que uno de los mayores triunfos de la vida es poder mirar atrás y agradecer. Porque el verdadero legado no está solo en los logros materiales, sino en el amor, las enseñanzas, el ejemplo y el tiempo compartido.
Hoy quiero invitarte a detenerte un momento. A honrar esa figura que, con virtudes o con errores, te dio las primeras herramientas para ser quien eres hoy. Tal vez fue con palabras firmes, con silencios que enseñaban más que mil discursos, con abrazos que no siempre fueron físicos, pero que se sintieron en cada decisión tomada por tu bien.
Para quienes aún tienen a su padre cerca, háblenle, visítenlo, escúchenlo. El tiempo es el único recurso que no se puede recuperar, y mañana puede ser tarde para decirle cuánto lo admiras. Para quienes ya no lo tienen, háblale desde el corazón. Recuerda los momentos, los consejos, las sonrisas. Porque un padre nunca se va del todo. Vive en lo que haces, en lo que decides, en lo que enseñas a tus hijos.
Y si tú eres padre, entonces este mensaje se multiplica. Porque ahora eres tú quien marca el rumbo de una vida que te mira todos los días, que aprende de ti, que se inspira en ti. Hazlo con amor, con paciencia, con presencia.
Este Día del Padre, celebremos más que una fecha. Celebremos el amor que guía, la voz que impulsa y la historia que nos formó.
Porque antes de ser todo lo que soy… fui hijo. Y eso, lo cambia todo.

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