Los sentimientos que generamos según nuestro pensamiento, según nuestra higiene mental, son los que marcan nuestro camino hacia nuestro destino, los que nos rastreamos a nosotros mismos. De hecho, los sentimientos son el camino al autocontrol. Si los usamos para lo que la naturaleza los diseñó, son claramente como los mapas internos que nos mantienen en el aquí y ahora, donde entramos en contacto con nuestra intuición, nuestra sabiduría, nuestro conocimiento, nuestra intuición y nuestra creatividad. Mientras vivimos todo esto, la vida pasa, pasa en nosotros y somos nosotros los que decidimos cuando somos alterados emocionalmente por los acontecimientos de nuestra vida diaria.
El poder de nosotros mismos nos da libre albedrío y, dependiendo de nuestra inteligencia emocional, también lo hacen nuestras reacciones a estos eventos de la vida.
Sin embargo, siempre estamos eligiendo cómo reaccionar y cómo permitimos que las circunstancias de nuestra vida nos afecten.
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